Una fuerte lluvia e intensas lágrimas de emoción marcaron en la noche del concierto de Justin Beber en el primer show que ofreció en el estadio Morumbi de Sao Paulo en Brasil, ante unos 60 mil acalorados adolescentes.
Una inmensa mayoría de jovencitas rondando los 15 años y vestidas de violeta en honor al color preferido de su ídolo, así como adolescentes varones luciendo el mismo corte de peloque el astro canadiense y resignados adultos se dieron cita desde tempranas horas de la tarde para asegurarse los mejores lugares en el espectáculo, que se repetió la noche del dopmingo 9 de octubre.
El teen pop canadiense irrumpió en escena vestido de negro y rojo, con 20 minutos de retraso y, cuenta regresiva mediante, arrancó una oleada de histeria juvenil con “Love me” y una confesión que intensificó los suspiros y multiplicó las lágrimas de las jóvenes: “Aunque continuase lloviendo yo estaría aquí. Haría cualquier cosa por mis fans, cualquier cosa por verlos sonreír”.
Los temas “Never say never”, “That should be me”, “Down to Earth” y un cover en música y danza —con sospecha de play back— de “Wanna be starting something”, del fallecido Michael Jackson, cerraron el espectáculo con marcado por llantos y cataratas de papel picado y mojado por la lluvia.
Tras el show en Sao Paulo Justin Bieber partirá rumbo a Porto Alegre, capital de Río Grande do Sul, donde dará su último recital en tierra brasileña para luego dirigirse a Chile el próximo 15 y el Perú, el 17 de octubre.
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